Puig, la compañía catalana con más de un siglo de historia, se prepara para su debut en la Bolsa con una valoración de más de 10.000 millones de euros. La empresa ha registrado su intención de cotizar, detallando que buscará más de 2.500 millones de euros del mercado.
La salida a Bolsa de Puig incluirá una ampliación de capital para refinanciar deudas y financiar el crecimiento futuro, así como la venta de acciones por parte de su accionista principal, la sociedad Exea. Para mantener el control familiar, las acciones se dividirán en dos tipos con diferentes derechos de voto.
Goldman Sachs y JP Morgan serán los coordinadores globales de la transacción, con otros bancos participando en diferentes roles. La empresa se compromete a no vender acciones durante un periodo de tiempo después de la salida a Bolsa.
Puig cerró el año pasado con cifras récord, mostrando un crecimiento significativo en ingresos, ebitda y beneficio neto. La compañía planea potenciar su crecimiento en Asia y en el negocio del cuidado de la piel, además de estar abierta a futuras adquisiciones.
Se espera que Puig toque la campana del parqué a principios de mayo, tras un proceso de roadshow con inversores y analistas para fijar el precio del debut. La empresa busca seguir expandiéndose y consolidando su posición en el mercado de la cosmética.